Rafa,
el guionista, se dirige a los camerinos de los actores principales del
film, Anthony Banderas y Burt Dem, con el fin de indicarles –por enésima
vez-algunos cambios que se ha visto obligado a realizar en sus diálogos
por motivos de producción (lleva frente al ordenador toda la semana).
Pero
las fulgurantes estrellas hollywoodienses no asoman por la puerta, ni
siquiera se dignan a gritarle que le dejen en paz… Algo va francamente
mal. Y encima le toca a él, el guionista, arreglar los diálogos y tratar
de convencer a estas excéntricas estrellas del celuloide que los cambios
actuales son – siempre- para mejorar sus personajes y ensalzar aún más
sus interpretaciones.
Penélope Abril, la script, llega al plató con un telegrama en la mano.
Apenas es capaz de articular palabra; y es que el mensaje es de esos que
quitan la palabra y hasta el hipo; aunque lo lee en voz alta, Penélope
no llega a creerse que la película se ha suspendido por falta de
capital.
De esta manera poco convencional Rafa descubre la tragedia. Sin
película, su guión no es nada. De hecho, mirando a su alrededor apenas
queda nada: ni cámaras, ni material filmado… O los acreedores ya han
pasado por aquí, o se han llevado todo lo que se consideraba de algún
valor para retomar el
trabajo cuando pase el temporal.
![](image035.jpg)
Sólo
quedan los restos de un naufragio, eso sí, al más puro estilo del
capitán Nemo. Su desolación está siendo grabada por Estévez, el
despistado encargado del making off, que sigue su trabajo sin saber aún
la trágica noticia. Estévez es un freeland -un autónomo-un poco raro,
capaz de alterar el orden de su
nombre y apellidos por tener un parecido fonético con el famoso director
americano.
Y aquí tenemos a los tres personajes compuestos y sin peli, y con unos
cuantos recuerdos que Estévez les muestra en la pequeña pantalla de su
cámara digital de lo que iba a ser una película, incluidas algunas
secuencias de la película original, eso sí, desde el punto de vista de
nuestro admirador de Spieldberg. Y con un montón de extras a los
que tampoco han avisado de la suspensión de la película.
Y, en medio de tanta desolación, la esperanza. O la locura.
Estévez propone que ellos terminen la película, cámara digital en mano,
lo que le dará un tono realista contemporáneo. Sólo hay que salvar
algunos escollos: no tienen a los actores protagonistas y faltan escenas
esenciales del making off: el ataque de los indígenas, la cacería bajo
el mar, los calamares gigantes … ¿Es la hora de los milagros?
La script en realidad es actriz, aunque toda su carrera interpretativa
haya echo teatro. De hecho, con su trabajo de script pretendía acercarse
a productores y directores para introducirse en ese exclusivo mundo de
la cinematografía.
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