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Según el catálogo Velásquez del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (1990) “Francisco Lescano, llamado El niño de Vallecas, fue pintado por Diego Velásquez entre 1630 y 1643, siendo el enano del príncipe Baltasar Carlos. En el retrato de Velázquez, Lescano viste un traje de lana verde, color apropiado para las cacerías reales.

Su pierna derecha está extendida, revelando su deformidad y su apariencia desordenada refleja la mentalidad del enano, cuya enorme cabeza está ligeramente echada hacia atrás. Pero a pesar de su extraño aspecto, es evidente la gran simpatía con que fue pintado por Velásquez”

 Botero regresa una y otra vez a las obras maestras del arte europeo, no con el ánimo de copiar a los grandes pintores, sino de rendir un homenaje a quienes lo impulsaron a trabajar. “Hice hasta diez y once versiones del niño en el término de  un mes – comentó el artista en 1979. Eran muy sensuales en el manejo del color: tal vez existía una influencia de los pintores de acción norteamericanos”