Entrevista
con don Enrique de la Fuente, del comité ejecutivo de la I Asamblea Cristiana
de Vallecas y secretario de la vicaría episcopal.
-¿Cómo ha sentado en la población creyente
de Vallecas esta suspensión?
-La
primera reacción ante un acontecimiento insólito y sorpresivo es de estupor.
Esta fue la reacción, estupor para las personas más sensibilizadas con nuestra
situación actual, viendo la trascendencia grave que el suceso tenía: iba a ser
una asamblea de mil quinientas personas, presidida por su arzobispo, cardenal
Tarancón, que a la vez es la cabeza visible de la Iglesia española, y por su
obispo-vicario, Alberto Iniesta, y esto sí era insólito. Y estupor para la gran
cantidad de gente sencilla, trabajadores de la industria y del campo, amas de
casa, jóvenes trabajadores, estudiantes, religiosas... que no podían comprender
cómo algo preparado con tanto esfuerzo de tan buena fe y con tanta ilusión podía
ser considerado como algo malo, subversivo, perseguido y prohibido.
Cuando
Alberto Iniesta y yo fuimos a comunicar en el local donde se iba a celebrar
la asamblea –previa exigencia a ambos de nuestra identidad por parte de la Policía
Armada- a las personas que ultimaban los últimos detalles, la suspensión de
la asamblea por orden gubernativa, la pena nos invadió al contemplar el local,
que con tanto esfuerzo y tanto detalle se había preparado, símbolo de ese trabajo
de reflexión, estudio y oración de los 151 grupos durante más de cuatro meses.
Reconozco que se me saltaron las lagrimas.
A la pena y sentimiento de impotencia siguió
un sentimiento de protesta, sentimiento que, por supuesto, anida aún en nuestro
interior.
-¿La Iglesia gana o pierde terreno en
la vicaría de Vallecas?
-Difícil
es hallar una medida fiable y válida para mensurar el avance o retroceso de
la Iglesia en nuestra vicaría. Por supuesto que la medida más comúnmente usada,
la contabilidad de la asistencia a la eucaristía dominical, es una medida que
no ofrece garantías. Pero lo que sí creo se puede afirmar es de prostituciones
pecaminosas y de alianzas oscuras, y esto hace que su imagen sea más atractiva
y más cercana a una clase humilde y trabajadora, que se halla fuertemente descristianizada
que arrastra un espíritu religioso popular de extracción rural, con un fuerte
sentido mágico. A la vez abre los cauces a grupos de clases más elevadas socialmente,
para una mayor participación y compromiso en la labor evangelizadora y liberadora
de la Iglesia. Resumiendo: no sé si “gana terreno” en extensión la Iglesia en
nuestra vicaría, pero ciertamente sí creo lo gana en profundidad de vida cristiana.
-
La organización técnica ha sido un trabajo de varios meses. ¿Hemos de considerar
que ha sido un esfuerzo perdido?
-
Ni ha sido esfuerzo perdido, pues frutos palpables hay: el trabajo de más de
150 grupos, cuyos datos e ideas han quedado plasmados en las tres ponencias.
Este trabajo ha llevado consigo: un mayor sentimiento de grupo, nuevas amistades,
una mayor riqueza de ideas...
Ni
ha sido esfuerzo perdido, ya que continúa dando frutos que ni buscábamos ni
esperábamos: un mayor conocimiento por la opinión pública de la grave problemática
social de nuestra vicaría, una aceleración del proceso de clarificación de las
relaciones Iglesia y sociedad civil, y el apoyo y comprensión que hacia nosotros
y hacia nuestro esfuerzo pastoral han manifestado muchas personas y muchas comunidades
ajenas a nuestra vicaría, que nos anima a seguir.
Ni
creemos será un esfuerzo perdido, pues hemos iniciado un trabajo de corresponsabilidad
intraeclesial, que hará enriquecerse a la Iglesia con la aportación de nuevos
carismas, sobre todo por la participación activa y efectiva de los seglares
y religiosas en la pastoral de la vicaría.
-¿Qué
perspectiva hay de que pueda celebrarse la asamblea?
-
Una celebración inmediata tal y como estaba preparada nos parece utópica, por
no permitirlo la autoridad gubernativa, pero más adelante y de una forma u otra
estamos dispuestos a que se celebre y termine el proceso que ya estaba muy avanzado,
y no olvidemos que esta es la primera asamblea cristiana, y en la escala ordinal,
después de la primera viene la segunda...
J.M.G.
NOTA: Estos artículos han sido sacados del número
1.821 del 29 de marzo de 1975, de la revista MUNDO, editada en Barcelona.
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