En
todas las parroquias y lugares de culto de la Vicaría IV de la archidiócesis
de Madrid se leerá la siguiente nota:
“El obispo auxiliar de la Vicaría IV y
los restantes miembros del comité ejecutivo de la Asamblea Cristiana nos vemos
obligados a informar a la opinión pública en torno a la suspensión de las reuniones
finales de dicha Asamblea:
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Dos
días antes de la inauguración de las sesiones, las autoridades civiles manifestaron
al señor cardenal arzobispo sus preocupaciones por el orden público a causa
de eventuales elementos incontrolados extraños a la Asamblea. Las perspectivas
de celebración parecieron mejorar después de que ambas partes se ofrecieron
algunas garantías.
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Posteriormente, la autoridad civil insistió
nuevamente ante el señor cardenal con la intención de que éste suspendiera
la Asamblea, a lo que se negó rotundamente. Nuevos y graves peligros se le
presentaron como muy seguros en el caso de que se celebrara, así como la actitud
decidida de la autoridad civil de suspenderla por dichas razones, cediendo
el señor cardenal ante lo que se le presentaba como hecho consumado, pero
nunca aceptado ni querido.
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La
preparación y desarrollo de nuestra Asamblea ha supuesto varios meses de trabajo,
responsablemente participado por unos ciento cincuenta grupos con más de mil
quinientas personas. Durante toda la preparación, pero muy especialmente de
cara a las jornadas finales, se habían tomado todas las garantías de orden
y disciplina para que todo transcurriera de manera correcta, con una organización
y un reglamento minuciosamente preparados. A nivel pastoral ha supuesto un
gran esfuerzo, que supone una esperanza en la búsqueda de una Iglesia
más dinámica, fraternal y corresponsable. El acto se iba a celebrar en un
local de la Iglesia acogido al Concordato vigente, dentro de cuyo recinto
sólo la jerarquía puede juzgar si el acto era realmente pastoral o no lo era.
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Protestamos enérgicamente por esta decisión,
que hiere profundamente el trabajo ilusionado de tantos cristianos, que, con
sus obispos al frente, no creen haber cometido ningún acto lesivo del orden
público. Si la cusa hipotética estaba en posibles elementos que desde fuera
de la Asamblea hubieran querido crear conflictos, no era tarea nuestra controlarlos,
sino de los medios que la autoridad tiene para estos casos; en cualquier hipótesis,
nosotros no vemos ninguna causa que justifique dicha suspensión, ni se nos
ha comunicado ninguna que se debiera intrínsecamente a la misma Asamblea o
a sus miembros.
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Declaramos,
finalmente, que el trabajo realizado no lo consideramos inútil, sino un camino
fecundo de trabajo de iglesia fraternal y activa desde la base. Por ello nos
mantenemos decididos a continuar nuestra Asamblea y celebrar sus sesiones
finales cuando y como nos lo permitan las circunstancias.
Alberto
Iniesta
obispo auxiliar en la Vicaría IV, y el resto del comité ejecutivo de la I Asamblea
Cristiana de Vicaría”
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