Entrevista
con Monseñor Alberto Iniesta, Obispo Auxiliar de Madrid
“Queremos una
Iglesia valiente, realista y en Marcha”
“Lo
primero y más importante de esta primera asamblea cristiana de Vallecas, ha
sido quizás el hecho de reunirnos, de ponernos hombre con hombro para ver
cómo llevábamos a la práctica lo que decimos en la teoría, porque la Iglesia
somos todos, y entre todos la tenemos que hacer.”
Con
estas palabras monseñor Alberto Iniesta, obispo auxiliar de Madrid y vicario
de la zona IV de la archidiócesis de Madrid-Alcalá, define el contenido esencial
de la asamblea cristiana.
“Creo
incuso que es muy importante el destacar la “teología del pueblo de Dios”,
el pueblo de Dios como lugar teológico, como lugar en el que está la voz de
Dios diciendo lo que quiere para su Iglesia en cada época.”
La
Actividad misionera de la Iglesia exige un replanteamiento de las relaciones
entre evangelización y desarrollo. ¿No le parece, monseñor, que esta es una
de las principales ideas en torno a las cuales gira la asamblea cristiana
de Vallecas?
“De
antemano tenemos que presuponer eso por la experiencia y por los principios.
Hemos constatado, a través del trabajo de los grupos y de la reflexión de
la gente sobre su propia vida, la mutua influencia de la vida en la fe y de
la fe en la vida”
¿Qué
experiencia tiene la Iglesia de la problemática social de Vallecas”
Es
ahora, una vez que hemos hecho los trabajos por equipos, cuando tenemos mas
certeza del problema. Hay que afrontar el problema desde dos niveles diferentes:
primero, en aquel en el que se encuentran los creyentes, de cara a los cuales
hemos tratado de conocer su situación para poder ayudarles mejor; segundo,
respecto de una situación más general, en la que los creyentes debemos comprometernos
a dar una imagen de Iglesia que sea inteligible para los no-creyentes.
¿No
cree que la asamblea no es muy representativa?
Es decir, ¿no es verdad que el porcentaje de profesiones liberales
es muy superior al que ocupan en el conjunto de la población de la zona desde
el punto de vista laboral dentro de la asamblea?
Sin
poner el “muy representativa, no aceptaría la objeción. Pero con todo, asisten
a la asamblea muchísimos obreros sin cualificar y muchísimas madres que trabajan
como sirvientas domésticas.
¿No
cree que las diferencias tanto en bienes materiales como en agentes de pastoral,
que dan una imagen de Iglesia de los ricos e Iglesia de los pobres, hace necesaria
una renovación de los vínculos de comunión entre las Iglesias?
Es
verdad que en la Vicaría IV predomina el proletariado y por ello tenemos que
optar por una Iglesia que sea
válida para estas. Pero es que incluso, en términos más generales, yo diría
que la Iglesia de los pobres debería ser, de algún modo, la que marcase siempre
las líneas predominantes dentro de la Iglesia universal, porque creo que la
llamada a un desprendimiento evangélico y material la recibimos todos. Aunque desde una vicaría tan proletaria
como la de Vallecas hay que tener comprensión para con otros niveles de vida,
creo que puede exigirse el que haya conciencia de estar en una Iglesia en
marcha, de una iglesia no sólo para los pobres, sino fundamentalmente de pobres.
¿Cómo
puede salvarse la diferencia de criterios entre la población laboral y la
Iglesia”
Salvar
ese desnivel es una de las cosas que buscamos conseguir con la asamblea. De
hecho, los teólogos, los expertos y el obispo mismo, lo primero que
hemos hecho ha sido convocar al pueblo para escuchar, porque está claro que
necesitamos nuevas luces para nuevos trozos del camino. Y además, no queremos
que esto quede en pura anécdota;
queremos ser pobres con los pobres. En fin, yo sintetizaría nuestro pensamiento
de esta manera: así como un creyente dice que Jesucristo está “mas” en la
Eucaristía, así decimos que en el mundo de los pobres en general, Jesucristo
está “más”. Y donde hay que buscar
a Cristo es, naturalmente, donde “más” está. Y esto es lo que queremos hacer
en la Asamblea.
¿No
teme que las conclusiones a las que se lleguen queden en pura formulación
y no se tomen medidas que mejoren la situación en que se encuentra el pueblo?
Hay
que distinguir diversos niveles: algunos nos afectan más directamente, como
por ejemplo, las relaciones intraeclesiales, porque depende de nosotros hace
una sociedad más fraterna. Pero hay otro nivel, una instancia extraeclesial
a la que podemos pedir, rogar, gritar si es preciso, pero ya no depende de
nosotros el que se nos escuche, el que se tomen en cuenta nuestra peticiones y se satisfagan. Ciertamente,
la asamblea va a ser de alguna manera una plataforma, desde la cual vamos
a recordar las necesidades humanas de nuestro barrio.
¿Podría
hablarse de una descristianizacion de la vicaría IV?
Yo
diría que el hombre del pueblo tiene una cierta simpatía por Jesucristo y
por una gran parte del Evangelio. Por eso diría que un gran contingente de
la población es cristiano bajo esa perspectiva. Pero hay ciertamente otra
parte del Evangelio, aquella que concierne a los aspectos más verticales de
Jesucristo, que el pueblo de Vallecas no vive o no acepta. Sería en ese sentido
en que podríamos hablar de una descristianizacion. Pero la clave para la interpretación
de este fenómeno hay que buscarla en las experiencias traumatizantes que tiene
de la Iglesia. Por una parte, los precedentes de zonas rurales o ciudades
pequeñas recuerdan todavía la imagen del cura “pesetero”,
“ritualista” o “burócrata”. Y esto está muy radicalizado en ellos a
nivel emocional. Por otra parte, hay que considerar la situación de aquellos
que han empezado a tener conciencia de clase obrera y tienen una imagen de
la Iglesia que no diré que sea totalmente falsa: la de una Iglesia que no
se ha preocupado por el movimiento obrero y que en muchos casos ha sido aliada
del capitalismo, de los que han explotado al obrero.
Por
último, monseñor Iniesta, quiere dejar constancia de que la asamblea quiere
ser valiente, profética en aquello que después de ser seriamente considerado
se vea la necesidad de decirlo. “Queremos conclusiones que tengan fundamento
y que tengan praxis. Queremos una Iglesia valiente, realista y en marcha a
la vez”
Francisco Rosell
J. M. González Ibáñez
NOTA A
PIE DE ENTREVISTA: La celebración de la I Asamblea Cristiana
de la Vicaría IV (Pacífico y
Vallecas) ha despertado un extraordinario interés en numerosos ambientes pastorales
de la nación. Hoy, a las cinco de la tarde, comenzará la primera fase de las
reuniones plenarias, que se prolongará durante la jornada del domingo. La
segunda y última fase tendrá lugar la próxima semana, sábado y domingo.
Nuestro periódico facilitará amplia información sobre este extraordinario
acontecimiento eclesial.
Examen
de problemas en la zona.
Vivienda:
nuevos núcleos de chabolas / Trabajo: altos porcentajes de población activa
/ Juventud: abandonada y víctima de los problemas familiares / Enseñanza:
cara y escasa.
Vallecas,
durante estos días, con ocasión de la I Asamblea Cristiana de Vallecas, está
siendo sometida a un exhaustivo chequeo sobre distintos aspectos y
problemas del barrio, tanto en la esfera de lo social como en la religiosa
y pastoral por parte de unas dos mil personas pertenecientes a la Vicaría
IV /esta vicaría abarca las zonas de Retiro-Mediodía, Vallecas, Arganda, Chinchón
y Villarejo de Salvanés) y bajo la supervisión de algunos especialistas en
los distintos temas.
En
la actualidad viven en la Vicaría Sureste 510.000 personas, en la mayoría
procedentes de Andalucía, Extremadura y la Mancha: 445.000 están instaladas
en la zona urbana, el resto (65.000)
integra la zona rural. Este contingente humano provoca problemas de vivienda,
trabajo, cultura...
La familia
y sus problemas
En
esta vicaría IV, el sector pastoral está compuesto por las zonas de Pacífico
y Vallecas (urbano y rural). La zona de Pacífico se nos presenta como
un barrio heterogéneo: junto a bloques de viviendas de tipo popular, que se arraciman en colonias
de mas o menos extensión, hay un notable numero de viviendas para funcionarios.
En esta zona de Pacífico no se dan las llamadas “casas bajas”. Las “casas
bajas” son formas de vivienda de una sola planta, que pueden considerarse
de transición entre las chabolas y las construcciones urbanas.
En
la zona de Vallecas se encuentran los barrios más
pobres y desamparados de Madrid, junto con otro
contingente de barrios, colonias y bloques de viviendas de condición modesta
y, a veces, media. En contraposición
con la de Pacífico, en esta zona las “casas bajas” ocupan el 30 al 40 por
ciento de la superficie edificada. Estas viviendas son, por lo general, de
ínfima calidad y deficiente acabado.
Las zonas ocupadas por estas casas sufren de deficientes servicios
y dotación social y de una infraestructura urbanística mínima.
Las
normas ministeriales exigen un mínimo de metros cuadrados por casa según el
número de personas que en ella vivan. En Vallecas éste es un promedio de cinco
personas. La investigación realizada pone de manifiesto que en el caso de
Vallecas este mínimo no se cumple, Lo que provoca un amontonamiento de los
miembros de la familia, lo que trae consigo multitudes de problemas y tensiones
familiares, así como enfermedades de todo tipo.
Aparte
de las “casas bajas” se han contabilizado en Vallecas nueve núcleos en los
que la existencia de chabolas es un hecho evidente. Se puede destacar entre
ellos los del Pozo del Ti o Raimundo, Entrevías, Puente de Vallecas.
En
nivel de ingresos del contingente humano de la Vicaría es bastante inferior
a las del resto de las zonas de Madrid. Estos ingresos se fijan, en opinión
de los casi 150 grupos de la I Asamblea Cristiana de Vallecas que han elaborado
la ponencia de corte sociológico, entre 8.000 y 15.000 pesetas. Muchas necesidades
primarias han de quedar sin cubrir si tenemos en cuenta que los gastos mínimos
de una familia se sitúan por encima de las 10.000 pesetas, cantidad que lógicamente aumenta en relación
con el número de miembros de la misma. En esta zona, el numero de hijos esta
establecido en tres de matrimonio.
Mujeres que
trabajan unas quince horas diarias
En
la vicaría IV se da uno de los porcentajes más altos de población activa de
todo Madrid. Los obreros cualificados y sin cualificar son el contingente
más importante de la población activa, que, según
zonas, alcanza indicio de uno 60 al 70 por ciento. Le siguen en importancia
los empleados administrativos, que representan un 16 por ciento de la población
activa. Las profesiones liberales, incluidos los trabajadores autónomos, aparece
en una proporción ínfima en relación con los otros sectores laborales.
Las
mujeres se ven en necesidad de salir fuera de casa para trabajar, en la mayoría
de los casos, como asistentas, encargadas de la limpieza, durante muchas horas.
La exploración sociológicas realizada con motivo de la Asamblea Cristiana
de Vallecas, ha sacado a luz el hecho de que, sumadas todas las horas – entre
la casa, el transporte y las horas de trabajo fuera – se alcanza una media
de hasta quince o dieciséis horas por día.
En
la Vicaría IV se da la presencia de un notable número de jubilados que, en
su mayoría, no cobran ninguna pensión por proceder de zonas rurales. Esta
“tercera edad” esta bastante abandonada: en toda la Vicaría existen únicamente
trece hogares de ancianos, constituidos en su mayoría por las asociaciones
de vecinos, parroquias y Ministerio de Trabajo.
Querer no es
poder
Actualmente
hay en la Vicaría IV alrededor de 150 centros de enseñanza: cincuenta oficiales
y más de cien colegios privados. Estos centros padecen un doble condicionamiento:
por una parte los centros oficiales son escasos para el número de alumnos;
los privados presentan el condicionamiento
de su elevado coste, que gira entre 500 y 1000 pesetas por mes y alumno.
La
enseñanza, sobre todo en la zona de Vallecas, no así en la zona de Pacífico,
suele durar hasta los catorce años, edad en que los chicos comienzan a trabajar
como aprendices, como botones, como “chico de los recados”, debido a la imposibilidad
de continuar los estudios por los mínimos recursos familiares.
Esto explica el hecho de que en toda la Vicaría agua sólo 32 centros de enseñanza
media y cuatro escuelas profesionales.
A
pesar de esta deficiente preparación cultural,
la Vicaría IV destaca por un alto movimiento asociativo. Destacan en
este aspecto los sectores de Palomeras,
pueblo de Vallecas y Alto del arenal. |