Herminia Azcoitia
LA EMPLEADORA

DE FONTARRON

"Hace años vino un señor muy puesto buscando chicas guapas. Cuando me dijo cual era el trabajo le contesté: Eso para tu madre, tío cochino".


A Herminia todavía le hierve la sangre cuando recuerda la tiesta de principios de verano de 1.994. Han pasado casi diez años y aún no la ha olvidado. Llevaban un año
con la bolsa de empleo y más de 500 parados de Fontarrón encontraron trabajo en esos doce meses. En un momento dado se le acercó un señor con buena pinta, bien trajeado. Le preguntó con mucha educación si ella era la de la bolsa de trabajo. Herminia asintió con la cabeza. El se ofreció para emplear a unas cuantas chicas, l/pero todas jóvenes y
guapasl/.
l/Aquello, recuerda Herminia, me mosqueó y le pregunté a ver qué tipo de trabajo era ese. Cuando me lo dijo le grité: Eso para tu madre tío cochino; pues no las quería para trabajar en una barra americana...I/. l/Se armó un pequeño revuelo, continúa, y se acercaron algunos jóvenes a ver qué pasaba, si había que darle a alguno. Yo los tranquilicé, pero me eché a llorar".
Es una de las pocas cosas ~ue harían derramar una lágrima a esta mujer de 74 años, hija de un maestro partidario de la enseñanza gratuita y que murió al poco de salir de la cárcel. No ha conocido la palabra miedo ni se le ha puesto nada por delante cuando se trata de hacer algo por el prójimo. En su adolescencia ingresó en el Partido Comunista, "pero desde hace años mi lucha es la lucha del barrio, la política la he dejado al margen", decía ya en 1.988, recién creada la primera bolsa de empleo.
En su día se ocupó de los presos políticos visitándoles en Carabanchel o Yeserías, guisando comida, recogiendo ropa y lIevándoles palabras de aliento. Entonces vivía en Palomeras, "en un piso de 38 metros cuadrados con otras tres personas, sin luz, sin agua, sin nada. Era el año 55".
Después se trasladó con su familia a un piso en Ramón Pérez de Ayala. Su marido, Angel Francés, empleado durante 35 años en un horno de pan, fue durante muchos años el presidente de la asociación de vecinos de Fontarrón y en esos locales se reunían los integrantes de la bolsa de trabajo hasta contar con una sede propia.
Herminia ha participado en mil batallas y se ha involucrado en cientos de iniciativas, todas centradas en Fontatrón. Un periódico la bautizó como l/hada madrina" y ella se indignaba: "Yo ni hada ni leches, soy una currante, ni siquiera he estudiado, no pude hacerlo".
Cuando canalizó todos sus esfuerzos a la búsqueda de trabajo "para los chavales y chavalas que sólo andaban por el parque tomando cervezas", llamó a muchas empresas y la mayoría no respondieron. Entonces se presentaba en su sede y la recibían, "A mi nunca me han asustado las dificultades porque he pasado ya por todo en la vida".
Hoy la bolsa de empleo, con más medios, sigue poniendo en contacto a 'desempleados con empresarios y desde su fundación ha conseguido trabajo a más de 'un millar de vallecanos.
Además Iniciativas Fontarrón abrió un local de artículos de segunda mano en Embajadores. Hace un año Herminia contaba con orgullo cómo en pocos días consiguió más de diez mil firmas de apoyo a los trabajadores de Fontaneda cuando la empresa decidió cerrar su fábrica de Aguilar de Campoo