Aunque, según el decreto, a los
municipios superiores a 3.000 habitantes, como era el caso
de Vallecas, les correspondía un lote fundacional de 500
volúmenes, en realidad le fueron concedidos después lotes
complementarios. Además en 1934 la corporación de Vallecas
dedicó 986,40 pesetas a la compra de nuevas obras y en 1935,
otras 1.500 pesetas.
A 31 de diciembre de 1934 la biblioteca contaba con 2.059
ejemplares en su registro de entrada reunidos en el espacio
de catorce meses y medio, pues la primera adquisición
realizada por la biblioteca data octubre de 1933. La
procedencia de los fondos figura en tres conceptos:
donativos, compra e incorporación. El concepto de
incorporación se refería a más de 640 obras que ingresaron
procedentes de una biblioteca circulante que funcionaba en
una escuela municipal del distrito centro.
El 1 de octubre de 1933 se anotan las primeras adquisiciones
procedentes de la JIAL en el Libro de Registro de la
Biblioteca. Con el número uno se inscribe El libro y la
imprenta del editor Francisco Beltrán; con el número dos, la
obra de P. Chavigny, Organización del trabajo intelectual
publicada por la editorial Labor en 1932.
Con todo, la bajada de los presupuestos dedicados a
bibliotecas durante el Bienio Conservador se dejó sentir en
el modesto incremento de las adquisiciones. Durante 1935 la
Biblioteca Municipal de Vallecas pasa de tener 2.059
volúmenes a 2.593.
La JIAL centralizaba las adquisiciones para conseguir
mejores precios. Los títulos de los lotes eran similares
aunque atendía también desideratas de las bibliotecas y
propiciaba el intercambio de ejemplares repetidos y
sobrantes en los distintos centros. La mayoría de las obras
eran de carácter literario, antiguas o modernas, y
preferentemente españolas pero había asimismo obras de
carácter enciclopédico, histórico, científico o cultural.
Abundaban los cuentos infantiles que en Vallecas tuvieron
mucha aceptación
a juzgar por las anotaciones que aparecen en septiembre de
1934 en el Libro de Registro dando a los Cuentos de Calleja,
Caperucita, Cenicienta, Pulgarcito y Pinocho como
―Inutilizados por el uso infantil.
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Primer Libro de Registro
de la Biblioteca Municipal de Vallecas |
Entre los primeros donativos de particulares se encuentran:
un Diccionario de la lengua española donado por Manuel
Biencinto; una Enciclopedia Espasa procedente del
Ayuntamiento; Cien modelos de documento administrativo,
donada por su autor Mariano Sanz Raso, algunos ejemplares
sobre historia, genealogía o numismática donadas por la
Biblioteca Nacional a petición del bibliotecario y muchas
más.
El donante que figura en el Libro de Registro con más
frecuencia es el alcalde Amós Acero que poseía una
biblioteca personal muy apreciada por él. En el libro de
Castor Bóveda se publica la transcripción de cartas que
reflejan la estima que Amós Acero tenía por su biblioteca y
las recomendaciones que hace sobre ella a su familia desde
la prisión, una vez acabada la guerra, aconsejándoles sobre
las obras que pudieran vender más caras para paliar en algo
su penuria económica.
Curiosamente en el Libro de Registro consta que fueron
entregadas por parte de la biblioteca al hijo de Amós Acero
en junio de 1949 varías obras, entre ellas Contabilidad y
prácticas matemáticas de Bruño, el Criterio de Balmes. En
otras de las obras figura textualmente ―estuvo en la
biblioteca depositada por el hijo de D. Amos Acero desde
1939 a 1944.
En el caso de las compras conocemos, también por el Libro de
Registro, los nombres de las librerías proveedoras, entre
ellas: Faustino Zuazo, librero de lance; Marcelino Amor;
Viuda de Martínez de Tejada; García Rico y Cía.; Pedro
Tormos; Pedro G. Pereda o Librería Letras.