INTRODUCCIÓN

Una de las dificultades con las que tropezamos cuando quisimos conocer la Historia del PCE de Vallecas, es la falta de fuentes primarias; ni siquiera el Archivo del PCE, ofrece demasiada información sobre la organización de Vallecas; hay que ir rastreando por informes para encontrar el dato que nos ayuda a conocer la vida de ese Radio. Bien es cierto que la dispersión de los documentos de este periodo histórico, tampoco colabora en beneficio de un trabajo de investigación este tipo.

El Archivo General de la Guerra Civil, ubicado en Salamanca, ofrece una base documental más amplia y cuantiosa, muy desorganizada en la Serie Político Social de Madrid, que es la que hemos consultado, pero valiosísima en el resultado de las búsquedas; falta mucho por hacer allí. Y en lo relativo al fondo de la guerra en la Fundación Pablo Iglesias, con respecto a los pueblos de Madrid, ocurre algo similar a lo señalado en el AHPCE. En ambos archivos hemos encontrado una colaboración que hemos de agradecer.

Los fondos hemerográficos consultados, sí que aportan mucha información, aunque nunca completa, que nos han ayudado a compensar de algún modo, las faltas expuestas anteriormente.

Al margen de la organización propia del PCE, nos hemos acercado también al Socorro Rojo Internacional (SRI), a la Asociación de Amigos de la Unión Soviética (AUS), y a la Agrupación de Mujeres Antifascistas (AMA), de vinculación directa a la Internacional Comunista, las dos primeras, e inspirada por la misma la tercera. Por supuesto que hubo más.

No nos hemos propuesto deliberadamente el estudio de la Juventud por dos razones; la primera porque, hasta 1936, está tan vinculada a la actividad del Radio Comunista que no hemos encontrado incidencia directa en la vida política de Vallecas; la segunda razón está en que, a partir de la unificación de las Juventudes Socialista y Comunista la situación cambia, pero hasta Marzo de 1939, que las Juventudes Socialistas se reorganizan como tal nuevamente, esta organización no debemos tratarla, a priori, como sección juvenil del PCE. Lo que sí consideramos es que sería importante y preciso que se hiciera un estudio concreto de la misma, por la importancia que tuvo durante la contienda.



En este trabajo no nos hemos planteado ni el análisis, ni la crítica, ni la conformidad con las estrategias políticas ni con las grandes decisiones del aparato nacional del PCE; las hemos utilizado, como lo hemos hecho con algunos de los acontecimiento históricos generales, para poder engarzar los datos que nos venían apareciendo en la investigación desde una organización de base como es la de Vallecas y poder explicarlos o al menos saber su por qué. Los documentos en lo que nos basamos para reconstruir esta historia, son los emanados de la propia organización y, a partir de ellos, sacamos nuestras conclusiones; ahora los demás tienen que sacar las suyas.

Más labor de búsqueda e investigación podría aportar otras claves que nos permitan redundar o contradecir lo que hoy sabemos, pero la organización de Vallecas, aun siendo disciplinada y orgánicamente correcta con la estructura del Partido, se diferencia de otras Organizaciones Comunistas de Madrid en que priorizó el trabajo de masas y la convivencia primero y la unidad después, con el Partido Socialista. Nació y se desarrolló en un periodo de cambio en las estrategias de la IC, y por tanto del PCE, y en el avance de las políticas unitarias, de frente común, paralelo al crecimiento de los fascismos en Europa.

Fue importante también su aportación de cuadros y de militantes a los Comités de Casas, al Socorro Rojo Internacional, a la Federación Cultural Deportiva Obrera y a las Brigadas de Choque cuando correspondió, organizó bolsas de trabajo para parados y cedió locales, cuando los tuvo, para que la Administración estableciera servicios para los ciudadanos. En fin, los vallecanos parece que hicieron así las cosas, ¿por qué?; no son bondades, por supuesto, pero son hechos contrastados en los documentos que hemos alcanzado a ver.

La escasez en la documentación– debemos creer que por la pérdida en el transcurso del tiempo, si hemos de referirnos a los Archivos del Estado– no ha permitido, de momento, ya no conocer a todos y cada uno de los y las militantes en sus diferentes épocas, tampoco a los miembros que formaron algunos de sus Comités de Dirección. Hubiera sido una satisfacción más ponerle caras y ojos a todo lo que vamos a relatar.